Jana sigue investigando la habitación secreta que se esconde entre las paredes de La Promesa y, finalmente, consigue abrir la puerta

misteriosa. La antigua doncella está decidida a llegar al fondo del secreto que esconde el pasadizo pero, por el camino, está a punto de ser descubierta.

Jana logra abrir la puerta y accede al lugar que aún faltaba por explorar. Confirma que conecta con la habitación que ahora ocupa la marquesa, pero en mitad de la expedición y, debido a los nervios, se le cae el candelabro de las manos y el ruido es escuchado por la marquesa, por Alonso y por Manuel en mitad de una conversación. Por suerte, no le dan mayor importancia. Al menos de momento. Aunque Cruz se queda un tanto escamada.

Al descubierto quedan las intenciones de Martina con respecto a quién apoyar: a Catalina o a su tío Alonso. Alonso no ve otra alternativa que tener que prescindir de miembros del servicio, pero Rómulo interviene con una solución que lo evita: le ofrece sus ahorros.

Ángela y Curro tienen un descarnado enfrentamiento cuando el muchacho, por voluntad de Leocadia, le aborda para convencerla de que retome sus estudios de derecho y regrese a Suiza. La joven no consiente que se entrometa en su vida y le encara.

Por mucho que intente evitarlo, a María Fernández no le quedará otra que reconocer la verdad sobre su relación con el padre Samuel ante Catalina. Y Ricardo no piensa ceder ante Ana, pero se ve entre la espada y la pared tras una imprevista petición por parte de Santos.

Ante la imposibilidad de convencer a sus hijos y a Martina para que accedan a vender las tierras, a Alonso no le queda otra solución que tomar una dolorosísima decisión: deshacerse de objetos valiosos para conseguir dinero y saldar algunas de las deudas.